La Plebe, tronación histórica



x Ayelen Bonapelch

Se dice que las revoluciones son momentos de caos, de agitación, momentos de sangre y crucifixión, y también se dice que en la guerra es donde se revela el verdadero espíritu de los hombres. Son éstas algunas de las cosas que nos transmite “La Plebe”.

Desde el comienzo la obra nos sitúa en un ambiente hostil, frío, quizás como aquel Mayo de 1810, un ambiente de revuelta, que no nos permite acomodarnos del todo en nuestra butaca. Hay algo que nos hace mantener la guardia, que nos hace estar atentos y alertas, algo que nos incomoda de algún modo, que nos pone en paralelo a esta plebe de corazones inquietos, que cansada de que decidan por ella, siente que llegó la hora del cambio.

Es ésta la obra que le da papel protagónico a las minorías siempre dejadas de lado: esclavos, putas, pobres y trabajadores son los encargados de organizar la lucha. Personajes humanos y bien logrados, que nos transmiten y hacen sentir el inconformismo ante aquel virreinato en decadencia. Un pueblo cansado de maltratos que entiende “que morir también puede ser una fiesta”, en términos de un futuro posible y no muy lejano.

La puesta en escena circular, el público ubicado en gradas escalonadas, y la escena desarrollándose en el centro, nos remontan hacia aquel teatro medieval, acompañado por la simpleza de la escenografía que parece refinar aún más la capacidad gestual y verbal de los actores.

El guión acompaña con la misma fuerza la situación de rebelión, como si todos los ingredientes de la obra estuvieran mezclados en su justa armonía para matizar el caos, la confrontación, aquella lucha por los ideales de forjar la patria.

La Plebe con dramaturgia de Flora Gró, Lucas Olmedo y Andrés Mangone nos atrapa, nos conmueve, nos invade y no nos deja ir sin sentir aquel tiempo de muerte, que fue también un tiempo de nacimiento: la patria que nacía, que empezaba a pararse sobre sus propias piernas para empezar caminar, a los tropiezos pero con la determinación de dejar el miedo atrás y pensar en un futuro en común.


Producción ejecutiva: Paula Baró
Producción general: Julián Krakov
Dirección: Andrés Mangone

TEATRO DEL ABASTO
Humahuaca 3549 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4865-0014
Web: http://www.teatrodelabasto.com
Entrada: $ 40,00 - Jueves - 21:00 hs

Estamos juntas en esto




x Martín Villagarcía
(Foto: Darío Mazzanti)


Paraná Porá de Maruja Bustamante es una obra de teatro cyberpunk. El mundo que plantea es un mundo apocalíptico en donde el desastre arrasó con todo y lo único que dejó es una balsa con dos mujeres, una embarazada y ambas enamoradas del mismo hombre muerto. La puesta en escena hace hincapié sobre estas condiciones, consistiendo únicamente en la embarcación maltrecha. Sin embargo, este planteo que podría lindar con lo bizarro, está hecho en función de algo más que la ciencia ficción; lo que se discute en la obra es la posteridad: ¿qué hacer después de la revuelta?

La Gringa (Mónica Bonelli) y la Polaca (Valeria Lois) son las dos sobrevivientes de la hecatombe que devienen Adán y Eva. La Gringa representa la figura femenina, extremada por su domesticidad y su embarazo, mientras la Polaca cumple con el papel masculino, principalmente por sus dotes de cazadora. Sin embargo, las dos siempre recuperan su condición de mujeres solas, abandonadas por un mismo hombre y obligadas a permanecer juntas a la deriva. Atrapadas en esa balsa, se vuelven dobles de Valentín y Molina de El beso de la mujer araña. En vez de contarse películas, se narran la una a la otra una misma historia (la del Santo, el hombre que las dejó), hilvanando de este modo, junto con la música en vivo de la arpista, un remedio para calmar el dolor. A pesar de la melancolía del relato, la nostalgia queda bloqueada por el futuro, puesto que de ese pasado no queda nada. Así, las dos protagonistas se convierten en Thelma y Louise, escapando en pos de un porvenir mejor hasta que la muerte las separe.

Paraná Porá se inscribe en el debate acerca de la comunidad (del cómo vivir juntos), pero también en el de la familia. Dejando al hombre por fuera, la relación que se establece entre ellas dos y el hombre por venir (el hijo de la Gringa) es la de la familia por fuera del orden patriarcal; es decir, la familia después de la ley de matrimonio: la familia del futuro.



FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia: Maruja Bustamante
Actúan: Monina Bonelli, Valeria Lois
ARPA: Sonia Alvarez
Escenografía: a77
Objetos: Carolina Villacorta
Maquillaje: Bimbo Godoy
Diseño de vestuario: Candelaria Aaset
Diseño de luces: Javier Casielles
Fotografía: Marcos López
Asistencia artística: Matias Gael Policano Rossi
Prensa: Debora Lachter
Producción: María Solari
Puesta en escena: Maruja Bustamante
Dirección de actores: María Urtubey
Dirección GENERAL Y PUESTA EN ESCENA: Maruja Bustamante

CIUDAD CULTURAL KONEX
Sarmiento 3131 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4864-3200
Web: http://www.ciudadculturalkonex.org/
Entrada: $ 35,00 y $ 25,00 - Miércoles - 21:00 hs

Vestuario de hombres



x Lucía Viera Rodriguez


Un vestuario con lockers, bancos y duchas iluminados a la luz de tubos fluorescentes es el escenario en que se desarrolla Vestuario de hombres, una obra escrita y dirigida por Javier Daulte que, junto con la obra Vestuario de mujeres, conforman el Proyecto Vestuarios. En ambos casos, un equipo argentino de Almagro viaja a Hungría para participar de la instancia final del Campeonato Mundial de Lacrosse (un juego real, aunque suene a inventado). Lo que se despliega en el vestuario es la situación previa y la posterior al partido a través de una acción dinámica que por momentos se fragmenta para luego volver a integrarse y el uso del espacio escénico.

Respetando la lógica grupal de un equipo deportivo, en el vestuario de hombres no hay un protagonista central: la trama está compuesta por pequeñas subtramas que se construyen con los aportes de los once jugadores. En varias ocasiones resulta difícil contener la risa, dada por una empatía que por momentos da lugar al rechazo. El final es oscuro y, si se quiere, hasta triste. ¿Cómo se llega a la tragedia? Por esta sumatoria de pequeños conflictos, donde cada uno de los personajes va aportando pequeñas dosis que, sumadas entre sí, conducen a una sobredosis. En esta intimidad entre colegas del mismo sexo salen a relucir temas como la homofobia, la competitividad, el compañerismo, la serruchada de piso, entre otros. Si hubiera que elegir uno, el conflicto principal de la obra estaría dado por el consumo de una droga que los hace jugar mejor (de aspecto y uso similar a la cocaína) y su posible penalización.

Tal vez la mayor debilidad sea justamente en los momentos de llanto. “Boys don´t cry”, dice la canción. Algo de cierto hay, porque a estos muchachos tanto no les sale. Otro momento dudoso, contrapuesto al llanto, es el que exhibe un derroche de testosterona, virilidad y violencia. Por el contrario, el mayor acierto tiene que ver con los episodios más bajos a nivel dramático. Es allí donde uno se siente voyeurista de una escena cotidiana: hablan todos al mismo tiempo y mucho no se entiende qué pasa. Allí el espectador forma parte de su intimidad, a menudo abrumadora ya que sus cuerpos se pasean, desnudos y reales, casi al alcance de la mano.


Ficha técnico-artística
Dramaturgia & Dirección General: Javier Daulte
Asistencia de Dramaturgia & Director Adjunto: Héctor Díaz
Asistencia de Dirección: Leandro Orellano, Ezequiel Peleteiro
Producción Ejecutiva: Sebastián Polito
Vestuario: Mariana Polski
Escenografía: Alicia Leloutre
Iluminación: Gonzalo Córdova
Asesoramiento en Danza: Luciana Acuña
Elenco: Joaquín Berthold, Federico Buso, Julián Calviño, Gerardo Chendo, Héctor Díaz, Juan Grandinetti, Walter Jakob, Javier Niklison, Marcelo Pozzi, William Prociuk, Ezequiel Rodríguez

ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759 CABA
Reservas 4862-1167
http://www.espaciocallejon.blogspot.com/
Viernes 21:00 hrs / Sábado 23:00 hrs

Un lugar llamado Urdinarrain




x Martín Villagarcía
(Foto: Darío Mazzanti)


Urdinarrain de Hernán Morán relata el encuentro familiar que se produce entre un grupo de hermanas a partir de la muerte de la madre. Si bien al principio la pregunta que motiva esta reunión es qué hacer con las cosas de mamá (incluyendo la casa en la que todas crecieron), lo que se pone más bien en discusión es una política de la convivencia: ¿cómo vivir juntos? ¿Cómo convivir con el dolor?

La idea de comunidad está en primer plano en la obra, no sólo por el hecho de que los personajes en escena sean todos miembros de un mismo grupo (la familia), sino porque están insertos dentro de un contexto físico particular como el pueblo (Urdinarrain, Entre Ríos, en este caso). Allí está la casa, que funciona como una versión en miniatura de la pequeña ciudad, cuyos límites son las sábanas colgadas para aprovechar el sol antes de que se aproxime la tormenta. Urdinarrain hace énfasis en lo público (es decir, lo político) en la medida en que la mayor parte de la acción transcurre en el espacio comunitario por excelencia que es el comedor, y los únicos otros dos espacios disponibles son el jardín y el fuera de escena (las habitaciones).

Alrededor de la mesa los miembros de la familia representan sus roles: el de la hija responsable, la tonta, la seria, etc. e intentan convivir pese a sus diferencias. Aunque el lazo es familiar, hay algo del orden de lo oculto en los personajes y en las situaciones. Ejemplo de ello es el fantasma (Pilar Abentín) que ronda todo el tiempo arrastrando su canto melancólico, pero también son los secretos que se van develando y sobre los que se especula a partir del chisme. En todos los casos lo que se descubre es lo siniestro, desde el gorrión que se le clava en el ojo al sobrino que llega de visita (Andrés Passeri), al accidente del niño en el jardín un día lluvioso.

El mundo representado en Urdinarrain es el de lo familiar, pero por detrás de eso está lo femenino que, como en las películas de Almodóvar y las novelas de Manuel Puig, viene aparejado con el dolor. Dolor por la pérdida que implica la muerte de la madre, pero sobre todo dolor por la soledad en la que se encuentran arrojadas cada una de estas mujeres.


FICHA ARTÍSTICA
Autoría: Hernán Morán
Actúan: Pilar Abentín, Maruja Bustamante, Mayra Homar, Andres Passeri, Adriana Pregliasco, Nadia Szachniuk, María Urtubey, Lourdes Invierno
Vestuario: Valeria Casielles
Iluminación: Javier Casielles
Realización escenográfica: Javier Casielles
Música original: Nadia Szachniuk
Ilustrador: Tulio Gómez Álzaga
Asistencia artística: Ezequiel Matzkin
Prensa: Carolina Alfonso
Producción ejecutiva: Valeria Casielles
Colaboración en dramaturgia: Ezequiel Matzkin
Dirección: Hernán Morán

SABADOS 21 HORAS
$40 Y $25 EST Y JUB
TEATRO LA CARBONERA
BALCARCE 996 (ESQ CARLOS CALVO)
RESERVAS AL: 4362 - 2651


El desarrollo de la civilización venidera

(Versión de Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen)



x Lucía Viera Rodriguez


La pareja protagonista conformada por Nora y Jorge Helder, alude desde el comienzo de la obra a una película que ambos vieron juntos en el cine antes de iniciarse la acción. Se trata de Escenas de la vida conyugal de Ingmar Bergman, que retrata un matrimonio que después de varios problemas termina en divorcio. En un episodio de esta película, el marido no quiere firmar el divorcio y arremete contra su mujer. No quiere dejarla ir pero, después de golpearla, culposo, firma. El final de la obra teatral es muy similar ya que el deseo femenino de Nora encuentra la oposición salvaje de su marido que le grita “Podría matarte, Nora” mientras la golpea una y otra vez contra la pared de la cocina. Esta escena añade un plus de violencia a la obra original de Henrik Ibsen, y la resignifica. El portazo de Nora que se va y deja a su esposo e hijos queda ahora en suspenso.

En sus propias escenas de vida conyugal, se ve una división de roles muy marcada: Jorge pretende controlar no sólo los gastos que se producen en la casa, sino incluso lo que come su mujer. Como estrategia de dominación, la condena a sostener una masa corporal insignificante, que contrasta con su propia gordura. El único medio que tiene Nora para enfrentarse a él es alimentar su deseo en secreto. A escondidas come caramelos y oculta préstamos económicos. Son las tretas del débil.

Toda la acción se trama a espaldas de Jorge quien, en su afán por dominar la escena, termina por no ver nada de lo que sucede. De hecho, al inicio de la obra, Nora se adelanta para entrar en la casa y explicarle a las otras dos mujeres que allí se encuentran: “Ahora Jorge va a entrar y lo primero que va a decir es: Cada pareja un mundo. Y va a hablar y hablar, fatalmente, de la plata que se gasta en esta casa. Bueno, necesito que le resten importancia a lo que él diga”. Él es tan imponente como predecible. Sólo al final, cuando se de cuenta que ya no puede dominar la situación, entrará en su accionar lo inesperado.

La estructura dramática de la obra de Veronese permanece similar a la de Ibsen, aunque hay algunas modificaciones. Se suprimen personajes menores y se cambia el género del Dr. Rank, quien en la versión original es amigo de la familia y secreto enamorado de Nora. Ahora la Dra. Rank es una mujer particular: fría, con varios vicios y anécdotas homosexuales. Esto evidencia el desplazamiento que se produce de los géneros y de su relación con el saber. Son los personajes femeninos los que saben lo que ocurre verdaderamente y, por ello, manipulan a los hombres en la intimidad pero son estos los que detentan el poder en términos sociales. El dinero, y su capacidad de influenciar las relaciones que se despliegan en la obra, está puesto en primer plano.

Al comienzo de la obra, el personaje femenino que encarna Nora se muestra alegre y feliz mientras zapatea en el living y le tira besos en el aire a su marido. De a poco, se va revelando en la obra su fortaleza oculta, que termina por agrietar la superficialidad de su matrimonio. El mismo Helder pasa de una actitud sobreprotectora y mimosa a una violencia que va de lo verbal a lo físico. Finalmente la armonía de esa casa de muñecas se rompe. “Empezamos a parecer humanos”, expresa uno de los personajes casi al final. Pero van un paso más allá, donde su matrimonio linda con lo inhumano.



Ficha Técnico-artística
HELMER es Carlos Portaluppi
NORA es María Figueras
LA DOCTORA RANK es Ana Garibaldi
CRISTINA es Mara Bestelli
KROGSTAD es Roly Serrano

Adaptación escenográfica: Franco Battista
Asistente de dirección: Felicitas Luna
Producción: Sebastián Blutrach
Dirección: Daniel Veronese

Viernes a las 23 horas y sábados a las 20:30
Localidades $ 60.- Descuentos jubilados y estudiantes $ 30.-
Teatro Camarín de las Musas – Mario Bravo 960 – 4862-0655