Ambición Legendaria



La leyenda de Lis Chi: Misión Campo del Cielo de Maruja Bustamante y Gael Policano Rossi. Dirigida por Maruja Bustamante.

x Martín Villagarcía

En medio de un aluvión de trabajo que incluye la dirección de Paraná Porá y América Latina, la actuación en Doberman de Azul Lombardía y Maruja enamorada de Vivi Tellas y los shows en vivo de su banda musical Te Amo, Maruja Bustamante presenta quizás su proyecto más ambicioso del año: La leyenda de Lis Chi. Escrita en conjunto con Gael Policano Rossi, esta saga teatral de superhéroes (dividida en 5 episodios que se van a ir estrenando a lo largo del 2013) viene a releer el género infantil desde una contemporaneidad mucho más inclusiva.  

Como en toda historia de superhéroes, el conflicto central es el que se da entre el protagonista y su antagonista, héroe y antihéroe. Allí están Aaron Lifschitz (Hernán Morán), rebautizado “Lis Chi” por Úrsula Patricia López (Monina Bonelli), ambos enemistados desde la infancia, cuando su amor se convirtió en un imposible para Úrsula por no ser judía como Aaron. La oportunidad perfecta para vengarse llega al momento en que el Presidente (Rafael Spregelburd) recurre a Aaron para encomendarle resolver el robo de un meteorito de Campo de Cielo, en Gancedo (Chaco); lo que él no sabe es que en realidad todo se trata de una trampa de Úrsula, cuyo último plan es destruir el mundo. Acompañan a Lis Chi en esta misión Emilio Slavkin (Gonzalo Pastrana), su fiel secuaz y wingman; Marina Lisfshitz (Iride Mockert), su hermana; SH1K5Y (interpretada también maravillosamente por Monina Bonelli), su dulce androide, todos bajo la protección y supervisión espiritual de la maestra Tamara Horowicz (Constanza Nacarato). Por su lado, Úrsula hace su alianza con el Capitán Bortnik (Emiliano Figueredo), un malvado villano que colecciona cabezas de superhéroes; su mano derecha, Gaga (Juan Manuel Cabrera) y sus secuaces extraterrestres (Aymará Abramovich, Carlos Cano y Pablo D’Eelia).

Tomando como punto de partida un género convencional y codificado como el infantil, La leyenda de Lis Chi viene a subvertir y releer todo lo que puede tener de esperable una historia de superhéroes. Donde las relaciones y conflictos esperables son los que obedecen a una “moraleja”, Lis Chi propone un universo en el que eso queda de lado al servicio de ofrecer una perspectiva acorde a los tiempos que corren, en el cual otras sexualidades como las de Gaga y el Capitán Bortnik se incluyen de una manera natural. Es quizás la influencia del animé (y no la de los superhéroes norteamericanos) la que se pone en juego allí, tomando como referencia una serie como Sailor Moon, que se ocupó de desordenar los géneros e identidades sexuales de toda una generación. Por otro lado, La leyenda de Lis Chi no deja en ningún momento de ser una obra de Maruja Bustamante (incluso en un momento aparece una réplica exacta de su cabeza en la colección de Bortnik) y Gael Policano Rossi. Se trata de un proyecto que incluye y nuclea a todo su grupo de trabajo de La Casona Iluminada y Grupo Capicúa, tanto en el escenario como en el detrás de escena, al mismo tiempo que forma una constelación imaginaria con toda su obra anterior.

La puesta en escena es como la de un show de Madonna, donde el vestuario es impecable y asombroso y la escenografía es alegórica. Todo es generado en realidad de forma virtual a través de proyecciones de imágenes y video, una tecnología que permite la incorporación de personajes invitados como el Presidente o Adif y Almagor (interpretados por Lolo y Lauti). Por último, la labor de los actores resulta admirable desde todo punto de vista, ya que aparte de lo dramático, incluye todo un trabajo de coreografía (a cargo de Pablo Lugones) para las escenas de baile y pelea.

Ficha técnico artística
Autoría: Maruja Bustamante, Gael Policano Rossi
Idea: Maruja Bustamante
Actúan: Aymará Abramovich, Monina Bonelli, Juanma Cabrera, Carlos Cano, Pablo Delia, Emiliano Figueredo, Iride Mockert, Hernán Morán, Constanza Nacarato, Gonzalo Pastrana
Actuación en video: Alejandro Alonso Marcucci, Natalia Gonzalez, Paula Mesón, Rafael Spregelburd, Luciano Vargas
Diseño de maquillaje: Gustavo Alderete, Natalia Gonzalez, Macarena Rodriguez
Diseño de vestuario: Gustavo Alderete, Alejandro Alonso Marcucci
Diseño de escenografía: Sebastián Roses
Diseño de luces: Mariano Arrigoni, Javier Casielles
Realización escenográfica: Federico Macchi
Realización de vestuario: Gustavo Alderete, Alejandro Alonso Marcucci, Eugenia Carabajal, Felicidad Molina, Macarena Rodríguez
Coreógrafo: Pablo Lugones
Video: Laura Castro
Música original: José Ocampo
VJ: Vjero
DJ: Andy Menutti
Fotografía: Rodrigo Tubio
Ilustrador: Rodrigo Moraes
Diseño gráfico: Nicolás Deshusse
Asistencia artística: Gael Policano Rossi
Asesoramiento de producción: Monina Bonelli
Asistencia de vestuario: Rodrigo Lico Lorente, Natacha Marquez, Macarena Rodriguez
Asistencia general: Malen Andrada, Ariel Argañaraz, Amanda Mujica, Lucas Mussu, Rafael Perczyk, Vanina Rivera, Rosalia Torrez
Asistencia de dirección: Nicolás Capeluto, Luciana Martínez Bayón
Prensa: Debora Lachter
Producción ejecutiva: María Solari
Producción general: María Solari
Puesta en escena: Maruja Bustamante
Dirección: Maruja Bustamante
Duración: 60 minutos

COMPLEJO CULTURAL TEATRO 25 DE MAYO
Av Triunvirato 4444 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4524-7997
Entrada: $ 50,00 - Domingo y Sábado - 17:00 hs - Hasta el 04/08/2013
Entrada: $ 50,00 - Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado - 16:00 hs - Hasta el 04/08/2013

El dinero no es nuestro dios



Saturnalia. Dramaturgia y dirección de Gael Policano Rossi.

x Martín Villagarcía


A un año de estrenar un primer work in progress en el Festival El Porvenir 2012 de teatro Sub 30, Gael Policano Rossi estrena Saturnalia, su ópera prima como director de teatro. Descrita como “un drama esotérico en 5 actos”, la obra narra la reunión de una familia de magos en pos de realizar una predicción para los hombres de la bolsa, en la que no sólo la magia pasa a ser bien de una economía de intercambio, sino también los vínculos familiares.

Saturnalia comienza con el canto de sirena de Magdalena (Julián López) a sus tres hijos para que regresen al hogar familiar. El primero en llegar es Cardigan (Andrés Passeri), el hijo mayor, tiempo después de haber huido con la fortuna familiar para hacer negocios con la magia en Perú. A continuación llegan Ringo (Cristian Scotton), el hijo del medio y Mississippi (Bárbara Massó), la hija menor, cerrando así un primer triángulo de poderes e intereses. En el momento inicial, lo que está puesto en cuestión no es tanto el por qué de la tertulia, sino cuánto dinero hay de por medio, puesto que la suma debe estar a la altura de tres necesidades muy distintas. La discusión llega a su fin con la entrada de Magdalena, acompañada por Dino (Martín Wollmann), el criado; momento en el que se revela la próxima llegada de los economistas para pedir un calendario anual de predicciones con el fin de torcer el destino a su favor.

Si bien el fin de contar con el apoyo de sus hijos es para manejar mejor la energía oscura que mueve el dinero, todos los miembros de la familia se ven afectados por su fuerza. Principalmente Mississippi, que es quien tiene la mayor sensibilidad, tanto para el dinero (puesto que es la más endeudada de los tres hermanos), como para la magia. El chivo expiatorio termina siendo Juana Sinclair (Paula Baró), invitada a la saturnalia en busca del mismo dinero que todos desean.

Lo que Saturnalia pone en discusión no es el estatuto de verdad de la magia (que no está puesto en duda en ningún momento), sino el del dinero, que se revela como una tabula rasa esperando ser llenada por el deseo de quien lo porta. Por otro lado, hay algo del orden de lo femenino que se pone en cuestión, siendo por un lado la madre interpretada por un actor varón y cargando al personaje de la hija con todo el peso de los acontecimientos.

Con una sintaxis por momentos similar a la de los films de David Lynch, la obra transcurre a medio camino entre la realidad y la fantasía (que nunca equivale a mentira), bajo una atmósfera excelentemente lograda por la puesta en escena y, sobre todo, por el trabajo con la iluminación y la música de Gonzalo Pastrana, que vuelven epifánico cada momento de clímax.



ENTREVISTA a Gael Policano Rossi.

¿Cual te parece que es la relación entre la magia y el teatro?

La relación entre la magia y el teatro para mí es absolutamente intrínseca. Magia o ilusionismo y teatro o ritual (o poesía también) componen este lugar donde los símbolos percuten sobre la significación y en lo posible sucede lo imposible; magia y rito porque está el que mira y el que oficia, hasta incluso hay en el teatro momentos de transubstanciación; se produce una purificación por medio de la palabra (y de la ¡repetición! de la palabra) como en un sortilegio o en una misa. Sumo a la magia la religión y el sentimiento religioso en la fé de los actores, especialmente.
Creo que esta pregunta es lo que traté de dilucidar cuando se hizo la obra: todas las respuestas o hipótesis para responder esa pregunta (incluso si eran contradictorias entre sí) permitieron que se me configure ese terreno de “el ritual”, pero no en un sentido histórico de “aquel ritual que era así o asá”, sino en un sentido mucho más cercano, personal y artesanal.

¿Por qué elegiste a un actor hombre para interpretar al personaje de Magdalena?

Que un actor varón interprete el papel de la madre es una más de las tantas convenciones que se aceptan en el pacto con el espectador en la sala de teatro. No es condicional de la obra escrita esto: es una decisión de ésta puesta en escena en particular, responde a estas necesidades y a este momento en que se hizo. En un sentido más “orgánico”, cuando escribí la voz del personaje de la madre bien podría ser una bruja bigotuda con voz portentosa y fue inmediato cuando escuché a Julián López leer el papel tomar la decisión de que él lo interprete.

¿Por qué te parece que el dinero mueve energías tan negativas?

El dinero nunca es suficiente, ahí ya tenemos un drama. Sería bueno pensar la carga kármica que tiene o no un billete que pasó de mano en mano y si a veces no te cae un billete maldito y te caga la vida.
En general pienso que el dinero está endiosado o demonizado, más en Argentina en este momento, y como preocupación constante en este momento social donde está en crisis la idea de “valor” (subas, bajas, deudas, redistribuciones, luchas de sentido alrededor de quién valoriza, cotizaciones paralelas, la moneda nacional y el símbolo patrio, por nombrar algunas pugnas): ese billete, que tiene la carita de un prócer, que no vale nada, que “dice” que “vale” una suma, un numerito en una relación tiempo-trabajo humano-papelitos me resulta una incógnita impresionante, artificiosa y tremendamente conflictiva. Más si te falta. Más si no te alcanza lo que ya tenés y más aún si no podés parar de querer más.

¿Saturnalia es parte de un proyecto más grande o es una obra autónoma?

Como obra es autónoma. Me gustaría filmar una película con los actores, me quedé con ganas de seguir escribiendo y trabajando con ellos y jugar un poco más.

¿Cuáles fueron tus influencias a la hora de hacer la dramaturgia de la obra?

La principal influencia que puedo reconocer es haber trabajado de tarotista en una santería en el barrio de Belgrano durante 2010: las preguntas que me hacían y las preocupaciones de las personas en ese momento me llenaron de imágenes y pensamientos que no pude evitar terminar escribiendo.
Después trabajé mi indagación sobre estos materiales: un libro de 1916 muy especial que se llama Las 36 situaciones dramáticas de Georges Polti (y la controversia que retoma Étienne Souriau con Les Deux Cent Mille Situations dramatiques); El ángel exterminador de Buñuel, que nunca la había visto, y la vi cuando empecé a escribir la obra y no dudo que me trastornó de tal modo que jamás hubiera salido esta obra de este modo si no fuera por esa peli, casi de un modo ‘condicionante’; y La gaviota de Anton Chejov, por supuesto.

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Gael Policano Rossi
Actúan: Paula Baró, Julián López, Bárbara Massó, Andrés Passeri, Cristian Scotton, Martín Wollmann
Músicos: Gonzalo Pastrana
Vestuario: Federico Castellón Arrieta
Escenografía: Grupo Capicúa
Iluminación: Maruja Bustamante
Realización de dispositivos lumínicos: Mariano Arrigoni
Fotografía: Rodrigo Tubio
Asistencia de dirección: Luciana Cantisani
Productor asociado: María Solari

Dirección: Gael Policano Rossi

¿Cómo luchar contra la soledad?



Doberman. Dramaturgia y dirección de Azul Lombardía.
x Martín Villagarcía

En el marco del proyecto “Óperas primas” del Centro Cultural Rojas, Azul Lombardía estrena Doberman, su debut como directora de teatro, una obra que pone en cuestión lo femenino y las formas de hacer frente a la soledad.

Lo primero que vemos es a Mercedes (Mónica Raiola), (apenas) vestida de “entre casa”, teniendo una interminable conversación telefónica con una amiga mientras prepara la salsa de tomate para los fideos que va a compartir con su hijo (y que va llenando de aroma a comida la sala del teatro). El tema de la conversación es Mirna (Maruja Bustamante), más específicamente su marido, y el género al que se adecuan las dos interlocutoras es el chisme. En su Nuevo museo del chisme, Edgardo Cozarinsky rastrea la etimología de la palabra y llega, entre otras conclusiones, a las siguientes: “En inglés, la palabra gossip, chisme, designa en una acepción arcaica a cualquier mujer, y también, más precisamente, a la charlatana y transmisora de novedades (…). En francés, la palabra potin, donde pot, olla, está visibilísima, deriva de esta por intermedio de potine, término acuñado en Normandía para un calentador portátil que las mujeres llevaban a sus reuniones invernales; de allí potiner, habla alrededor de la potine, y finalmente fruto de esta conversación: el potin, el chisme”. No es casual entonces que el espacio en el que transcurre la acción de Doberman es justamente la cocina, donde la olla está hirviendo y donde las mujeres ejercitan la lengua hablando de los demás. En este contexto llega Mirna a la casa de Mercedes, aquejada en principio de su reciente trastorno mental y, enseguida, de la sombra de la sospecha de que su marido la está engañando.

El universo propuesto por Doberman es el de lo femenino y a lo largo de la obra se le van presentando una serie de preguntas. En principio, ¿cómo vivir juntas? En tanto el problema principal no son los hombres (ausentes, aunque hablados), sino ellas mismas y su convivencia. En segundo lugar, ¿cómo luchar contra la soledad? Es decir, ¿cómo emplear el tiempo libre, alejadas del centro y, al mismo tiempo, tan cerca unas de las otras? Por último, ¿cómo y para qué reproducirse? ¿Qué hacer con los hijos cuando la presencia del hombre de la familia queda en tela de juicio? ¿Cuál es su rol? Si bien la obra coloca a las dos protagonistas en posiciones asimétricas, en tanto terminan enfrentadas, ambas dos están sujetas a las mismas circunstancias y funcionan como espejos.

Doberman se sostiene en la comedia, apoyada en el texto de Azul Lombardía, pero sobre todo en las increíbles actuaciones de Maruja Bustamante y Mónica Raiola, y en la tensión que genera la inminencia del desastre, tanto en la vida privada de cada una como en su propio enfrentamiento.

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Azul Lombardía
Actúan: Maruja Bustamante, Mónica Raiola
Escenografía: Santiago Badillo
Iluminación: Santiago Badillo
Diseño sonoro: Gustavo Podlischevsky
Dirección: Azul Lombardía
Este espectáculo formó parte del evento: Teatro en Construcción
Este espectáculo forma parte del evento: Óperas Primas 2013
CENTRO CULTURAL RICARDO ROJAS
Av. Corrientes 2038
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4954-5521 / 4954-5523 / 4954-5524
Web: http://www.rojas.uba.ar
Entrada: $ 20,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 24/05/2013